Cuando trabajamos en un diseño a menudo se nos plantean ciertos problemas a la hora de pensar en la presentación para cliente. Muchas veces porque se trata de elementos físicos –como puede ser el caso de un packaging– que necesitan de un montaje real para el que no siempre se dispone de los materiales adecuados. En otra ocasiones, las imágenes corporativas pueden causar un impacto inexacto si se presentan únicamente sobre un folio en blanco. Sobre todo como en el caso de logotipos, pues éstos siempre se usarán dentro de un contexto, bien sean tarjetas de visita, soportes digitales, o cualquier otro medio publicitario.
¿Qué son entonces los Mockup?
Pues no son más que montajes a escala de nuestro diseño sobre una representación de algunos de los elementos donde será aplicado. Para ello existen documentos perfectamente presentados que nos permiten situar los diseños en un entorno y así verlos en “funcionamiento”. De esta forma, no sólo nosotros nos aseguramos de la capacidad de desarrollo de nuestro trabajo, si no que el propio cliente podrá obtener una visión mucho más acertada y realista de cómo podrá trabajar con la imagen que se le presenta.
Y es que no hay nada como ver un diseño en su hábitat para poder entenderlo mucho mejor.