Cambiar una imagen de marca a la que estamos acostumbrados no es algo sencillo. Tomar la decisión puede ser difícil, sobre todo si llevamos mucho tiempo trabajando con el mismo logotipo o estamos atados “sentimentalmente” a él.
Pero como hemos dicho en innumerables ocasiones, el logotipo es una parte importante de nuestra imagen como empresa, nuestra carta de presentación y el primer contacto con los futuros clientes.
Tampoco se trata de rediseñar una marca porque sí. Debemos detenernos y analizar si nuestro logotipo representa y refleja realmente quienes somos y sobre todo que eso sea fácil de visualizar e interpretar por nuestro público objetivo.
Si tenemos dudas, estos factores pueden ayudarnos a determinar si nuestra marca funciona o no.
Tendencias
Evidentemente un logotipo no es una prenda de ropa que podemos cambiar y variar cada temporada según lo que “se lleve”. Pero es importante analizar con objetividad lo que está funcionando en el momento y aplicarlo si fuera necesario.
Soportes
En la actualidad las imágenes de marca no tienen que ajustarse únicamente a los formatos de impresión, si no que tienen que ser compatibles con los medios digitales que tan presentes están en nuestras vidas. Por eso es importante estudiar si nuestro logotipo se visualiza correctamente en todos los dispositivos.
Evolución
Todos cambiamos con el paso del años, y las empresas no se escapan al tic-tac del reloj. Debemos adaptarnos a los tiempos que corren y con ello asegurarnos de que nuestro logotipo representa quienes somos en el momento que estamos viviendo.
Representación
Por encima de todas las cosas, tenemos que asegurarnos de que nuestro logotipo nos representa, y que refleja los valores y objetivos de nuestra empresa.